...te llaman porvenir porque no vienes nunca...

"Te llaman porvenir porque no vienes nunca...te llaman porvernir: y esperan que tu llegues" dijo en su momento el poeta Angel Gonzalez. Y asi es, tengo la sensación de que muchas veces nos dedicamos a plantarnos y esperar aquello que deseamos.Parados y sin hacer nada, no vaya a ser que lo consigamos.

Es la parajoda de las circunstancias: Yo soy yo y mis circunstancias decía Ortega y Gasset con generosidad hacía sus congéneres. Pero en este mundo tan embarrado, las circunstancias marcan el paso, la inercia va dejando las huellas y ni rastro de nosotros©.

Es el miedo a las palabras, el suficiente como para dañar en silencio a los que más queremos. El miedo al cambio, hasta de lo que no nos llena y el miedo a perder incluso aquello que no nos hace felices:

"Puertas abiertas y corazones cerrados
besos resignados y mentiras a medias
vendavales de monotonía, pasillos sin pasiones
crímenes, caridades, pisotones
y escarcha en los colchones

Universos con lamparones, lencería caliente en la tintorería
crueles bendiciones, decentes apagones,
inertes supervivientes de nuestras propias zancadillas"©.

Como dice Bucay, para ser plenamente felices el primer paso es asumir que "somos los únicos responsables de todo lo que nos pasa". Y es cierto, la felicidad depende de las decisiones que tomamos, aunque sean pequeñas. Yo, por ejemplo, siento que sigo mi rumbo cuando doy un pequeño pasito hacia alguno de mis sueños, alguno de esos "cualeselsentidodemivida" y que os recomiendo escribir y tener a mano. Luego los hay que no creen en la felicidad como tal, sino en momentos fugaces, y no se dan cuenta de son esos momentos los que nos marcan el rumbo a seguir. Puntuales señales de las que muchas veces... huímos.


Te llaman porvenir
porque no vienes nunca.
Te llaman: porvenir,
y esperan que tú llegues
como un animal manso
a comer en su mano.
Pero tú permaneces
más allá de las horas,
agazapado no se sabe dónde.

…Mañana! Y mañana será otro día tranquilo
un día como hoy, jueves o martes,
cualquier cosa y no eso
que esperamos aún, todavía, siempre.
Angel Gonzalez