martes, 24 de noviembre de 2009

Silencios



Silencios
Lo peor no es la verdad del tiempo cercano,
ni que tu territorio sea ya mi memoria.
Ni siquiera que el otoño desecho
no señale el camino de regreso
a las calles del verano donde fuimos uno.

Lo peor no es la revolución callada
ni que olvides el cielo de tomarme la mano.
Ni siquiera que las estrellas no tengan ya canciones pendientes
ni la luna señales que contar.

Lo peor no es la sensación de ser el primero en llegar el último,
ni de matar mis deseos en la retaguardia de los tuyos.
Ni siquiera las heridas de esta tregua,
sanguinaria como una guerra.

Lo peor no es no querer saber quien eres,
ni desandar una distancias en la búsqueda de otras.
Ni la espera sin abrazos, sin caricias en la espalda,
ni siquiera ser naufrago sin costa en la que naufragar.

Lo peor no es la soledad.
Ni la privada, ni la abarrotada de soledades.
Ni lo es enterrar la lujuria de mis sentidos,
ni siquiera olvidar la ternura de tus pronunciaciones.

Lo peor no son las horas perdidas.
Ni el frío del día a día, ni el desvelo vacío de la noche.
Lo peor no es acostarse descontando sueños perdidos
cuando la almohada susurra recuerdos
que no dejan dormir.

A todo esto puedo acostumbrarme
si en tu refugio habitan el guiño de mis ojos
y un instante inquieto donde haya luz.

Lo peor es la muralla del mutismo, el eco de lo que no decimos
donde retumban cantos de sirenas calladas.
Porque es imposible mirarte si los estruendos del silencio
siguen creando oscuridad.

Lo peor es apurar el silencio
cuando manos, lágrimas y latidos tienen tanto que decir.

1 comentario:

Liedchen dijo...

Bufff.

Me gusta mucho. Q malo enfrentarse a ese silencio del no tener nada q decir...

Un abrazo



carmen.-